1. Evalúa tu dieta durante tu periodo de lactancia.
Existen algunos alimentos como los frejoles, coliflor y brócoli que podrían ser causantes de gases. La mejor manera de saber si un alimento provoca los gases en tu bebé es excluirlo de tu dieta durante algunos días y ver si los problemas disminuyen.
2. En caso de usar fórmula infantil, permite que el aire salga después de mezclarla.
Si usas una fórmula infantil en polvo, asegúrate de dejar que el tetero con la mezcla recién preparada se asiente durante uno o dos minutos antes de alimentar a tu bebé. Esto es porque al agitar la fórmula, aumenta el número de burbujas, mismas que tu bebé podría llegar a tomar y ocasionarle gases.
3. Prueba una fórmula creada para el alivio de los gases.
Te recomendamos acudir al pediatra para que evalúe -de manera temporal- el uso de fórmulas con la proteína parcialmente digerida y reducida en lactosa.
4. Toma de teteros.
Hay teteros diseñados específicamente para disminuir la cantidad de aire que el bebé traga al alimentarse. Si tu bebé tiene problemas de gases, prueba un tetero con tetina ventilada y angulada; sostén a tu bebé con la cabeza elevada en un ángulo de 45 grados y con la punta del tetero orientada hacia abajo, a su boca, y siempre llena de leche.
5. Conoce el tipo de tetina que necesita tu bebé con gases.
Existen chupos de tamaños distintos, según la edad, que controlan de manera diferente el flujo de leche. Así pues, los chupos para recién nacidos tienen el flujo lento, mientras que las usadas por bebés mayores tienen un flujo mucho más rápido. Asegúrate de usar la tetina adecuado a la edad de tu bebé.
Si tu bebé es demasiado grande en relación con el tamaño de su tetina, es posible que succione mucho aire, lo que aumenta las probabilidades de que tenga dolor por gases. Al mismo tiempo, si el flujo de la tetina es demasiado rápido, podría tomar mucho de una sola vez y causarle problemas de gases e indigestión. El método de prueba y error es una buena forma de determinar el tamaño del tetero y de las tetinas.
6. Pon a tu bebé en la posición adecuada para el alivio sencillo de los gases.
Mantenlo erguido durante 20 o 30 minutos después de alimentarlo. Si todavía tiene gases, hacerlo eructar puede ser útil.
También puedes darle palmaditas suaves en la espalda, empezando en la parte inferior y dirigiéndote hacia arriba.
Además, prueba una de las siguientes posiciones para hacerlo eructar:
- Colócalo contra tu pecho (de modo que te mire); con su cabeza sobre tu hombro, luego, dale palmaditas y frótale la espalda.
- Sienta a tu bebé en tu regazo y sostén su pecho y su cabeza con una mano mientras le das palmaditas en la espalda con la otra. Asegúrate de sostenerlo por la barbilla, no por la garganta.
- Acuéstalo boca abajo sobre tu regazo. Sostén su cabeza y asegúrate de que esté más arriba que su tórax. Frótale la espalda o dale palmadas suaves en la espalda.
- Pon una toalla tibia en su abdomen.
- También puedes tratar de calmarlo caminando y llevándolo en tus brazos o meciéndolo; otra forma es sentarte con él en una mecedora o en una silla vibradora.
Para aprender más.
Lee lo más reciente en investigaciones sobre los gases en bebés en “Baby Gas: What Doctors Are Learning”.
Consulta a tu médico.