La alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) y la intolerancia a la lactosa no son lo mismo, pero suelen confundirse porque ambas están causadas por el consumo de leche y comparten algunos signos y síntomas. Entre ellos destacan problemas intestinales y de alimentación, como gases, diarrea, abdomen distendido, dolor abdominal y retortijones, ruidos estomacales y náuseas. Ahora bien, al estar implicado el sistema inmune en APLV, los lactantes con alergia a las proteínas de leche de vaca pueden mostrar también síntomas de alergia, como erupción cutánea con picazón, sibilancias, moqueo o tos. Estos síntomas no se observan en la intolerancia a la lactosa, ya que en este trastorno no está implicado el sistema inmune.

En el caso de la intolerancia a la lactosa, el sistema digestivo no es capaz de digerir bien la lactosa, que es un azúcar presente en la leche y es causada por la ausencia o la disminución de la actividad de la enzima lactasa. Así que, en lugar de ser digerida y absorbida, la lactosa pasa al el intestino y es fermentada por las bacterias de colon, produciendo gases y causando los síntomas típicos de intolerancia a la lactosa que provocan el malestar. La intolerancia secundaria a la lactosa puede presentarse de manera temporal, como episodios de dolor estomacal, y en estos casos normalmente se resuelve a corto plazo. La intolerancia a la lactosa también puede durar toda la vida, como en casos de personas que nacen con una intolerancia primaria a la lactosa o la desarrollan durante el crecimiento. La intolerancia a la lactosa provocada por un defecto genético (denominada alactasia primaria congénita) es infrecuente1.

Otra de las diferencias entre la intolerancia a la lactosa y la APLV es que, con la APLV, incluso una pequeña cantidad de proteínas de leche de vaca puede provocar una reacción alérgica en tu bebé.

 

Alergia a la proteína de la leche de vaca

Intolerancia a la lactosa

Reacción alérgica a las proteínas de la leche de vaca

Incapacidad de digerir la lactosa de la leche por ausencia o disminución de la actividad de la enzima lactasa

Interviene el sistema inmune

No interviene el sistema inmune

Pueden aparecer síntomas gastrointestinales, cutáneos y respiratorios

Los síntomas son solo gastrointestinales, como diarrea, gases y distensión abdominal. No aparecen síntomas cutáneos ni respiratorios

Una pequeña cantidad de proteínas de leche de vaca podría provocar una reacción alérgica

Normalmente se puede tolerar una pequeña cantidad de lactosa.Las proteínas de la leche de vaca no provocan reacciones alérgicas

 

Bibliografía
1. Heyman MB. Pediatrics 2006;118:1279-1286.
 
 
 
 
 

La leche materna es el mejor alimento para los lactantes y debe ser la opción preferida siempre que sea posible. La lactancia materna contribuye con la salud y con una nutrición que estimula el crecimiento y desarrollo saludable del niño. A una madre puede resultarle muy difícil revertir su decisión de alimentar a su hijo con preparaciones para lactantes. La alimentación parcial con preparaciones puede dificultar el comienzo de la lactancia materna. La lactancia materna impone exigencias dietarías adicionales a las madres que están dirigidas a asegurar una calidad y cantidad adecuadas de leche para sus bebés. Las preparaciones para lactantes, cuando son utilizadas debidamente, proporcionan una alternativa saludable y nutritiva para la leche materna. La preparación incorrecta y el almacenamiento deficiente de las preparaciones pueden ocasionar peligros para la salud y causarle al niño desnutrición o enfermedades; por consiguiente, lea y siga cuidadosamente las instrucciones de preparación y almacenamiento. Al decidir cómo alimentar a su bebé, siempre siga el consejo profesional y tome en cuenta el costo de las preparaciones.